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  • Mauricio Hernández*

¿“Roma” de Cuarón y el capital cultural de México?


¿“Roma” de Cuarón y el capital cultural de México?

Profundizar sobre la relación entre identidad, cultura y democracia es un reto muy amplio; depende de contextos, visiones epistemológicas e incluso gustos.

En México se observa esta vinculación de forma más clara, de vez en cuando, con algún fenómeno o producto cultural puntual.

Un ejemplo reciente aconteció con la película “Roma” del director mexicano Alfonso Cuarón, que está próxima a disputar su mayor valía en la meca del cine occidental, Hollywood, a partir de su relevancia como producto cinematográfico y cultural.

Bajo términos conceptuales de destacados teóricos de la sociología, como Pierre Bourdieu, lo que vemos en la película Roma, desde la mirada de Alfonso Cuarón, es el capital cultural en sentido puro.

Este capital cultural, que se entiende como la acumulación de cultura propia de una clase, que, heredada o adquirida mediante la socialización, tiene mayor peso en el mercado simbólico cultural, es lo que permite a Cuarón presentar al mundo entero, un México que vivió y le dio parte de su identidad.

Así, el asunto no sólo depende de la existencia de la película; sino que la haya realizado el multipremiado director mexicano para esas audiencias.

80 años del INAH

Ahora bien, la relevancia de instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que recientemente celebró 80 años de existencia; resulta indispensable para comprender la construcción de la identidad cultural y la memoria histórica de un pueblo; de una nación y de sus distintos promotores culturales (ya sean voluntarios o involuntarios).

Más importante aún, es fundamental en la articulación del capital cultural que nos propone Bourdieu, para entender la forma en que las distintas clases sociales en México abordan su identidad cultural, a pesar de los niveles de desigualdad lastimosamente presentes.

¿Se imaginan a Cuarón escribiendo “Roma” sin políticas e instituciones; mismas que durante su vida le mostraron la identidad e historia de su territorio; de su pueblo y de los retos que tiene este México contemporáneo?

¿Se imaginan a Cuarón sin un recordatorio constante; a partir de su contacto con sitios arqueológicos, museos y conversaciones con artistas; historiadoras sobre la riqueza del patrimonio cultural?

Sin duda, Alfonso Caso con su amplia visión desde la arqueología y el derecho; tuvo a bien contemplar la relevancia para este país de un Instituto como el INAH, cuando le propuso su creación al presidente Lázaro Cárdenas.

Mención aparte a todos los que colaboran en el INAH; bajo condiciones actuales que demuestran un amor por su trabajo; desde un contexto de precariedad laboral y falta de reconocimiento constante.

Pura identidad

Así, comprendamos a partir de un hecho, en este caso la película Roma, la trascendencia que tiene la construcción de la identidad cultural en México. De lo relevante de mantener, gracias al INAH y otras instituciones, una visión renovada sobre la interacción de la identidad cultural en un mundo globalizado.

También comprendamos que esta manifestación ha sido posible, en parte importante, por las libertades que le han permitido al propio Alfonso Cuarón, tanto en este país como en los sitios donde se ha desarrollado, articular un diálogo entre sus propuestas y las distintas dimensiones de la crítica social, apostando desde la cultura, como el elemento transformador de la realidad que aborda.

*Mauricio Hernández estudió políticas públicas y actualmente un doctorado de ciencias sociales, ha trabajado temas de rendición de cuentas, educación y democracia. Está vinculado en proyectos del LID sobre participación ciudadana, democracia y transparencia. Redescubriendo su enfoque epistemológico.


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