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David López García*

¿Se cumplirán las virtudes de la reelección?


Uno de los temas más relevantes en estas elecciones es que por primera vez en la historia moderna del país existe la reelección. La existencia de esta posibilidad es uno más de nuestros esfuerzos como sociedad por mejorar el país a través de reformas electorales. Pero hay que tener cuidado, porque las virtudes de la reelección se basan en algunos supuestos que no siempre se cumplen.

El objetivo último de la reelección es mejorar la democracia para encontrar mejores soluciones a los problemas públicos. Esta apuesta se basa en suponer la existencia de la siguiente cadena causal. La reelección contrarrestará nuestra crisis de representatividad y, con más y mejor representación, seremos capaces de encontrar mejores soluciones para los problemas sociales y económicos más apremiantes del país.

Sin embargo, el que se cumpla esta cadena causal depende de por lo menos tres supuestos que no se dicen abiertamente, pero que están ahí, tácitos. Uno, tanto representantes públicos como votantes se van a comportar de forma racional. Dos, se dispondrá de información para que los votantes puedan tomar sus decisiones. Tres, los votantes poseen el conocimiento sobre cuáles son las mejores opciones de política para resolver sus problemas.

El supuesto del comportamiento racional sostiene que buscar la reelección está en el interés de los representantes públicos. Por ello, los representantes buscarán permanecer cerca de sus electores para gobernar o legislar más apegados a las preferencias de sus representados. Además, los electores harán un juicio racional sobre el desempeño de sus representantes, premiando una buena gestión con la reelección o castigando el mal desempeño eligiendo a otras personas.

El supuesto de disponibilidad de información sostiene que los electores tendrán acceso a toda la información necesaria para juzgar el desempeño de sus representantes. Dado que los funcionarios se mantendrán en contacto permanentemente con sus electores, éstos podrán conocer de primera mano el quehacer de aquéllos. Además, los representantes se asegurarán de brindar toda la información a sus votantes sobre su desempeño. No sólo durante las campañas electorales, sino durante toda la duración de su mandato.

El supuesto del conocimiento implica que los votantes saben cuáles son las mejores soluciones para sus problemas. Los votantes son quienes viven sus dificultades día a día. Por ello, no hay nadie mejor que ellos para proponer las soluciones para resolver los problemas que enfrentan cotidianamente. Si se logra mejorar la representatividad entonces este conocimiento se podrá transmitir a los representantes.

Sin embargo, estos supuestos no siempre se cumplen. El supuesto de la racionalidad ignora que en muchas ocasiones la gente puede actuar guiada por otras emociones como el altruismo o la solidaridad. El supuesto de la disponibilidad de información ignora que la gran mayoría de ciudadanos no disponen de canales de acceso para enterarse de lo que sucede en la política. El supuesto del conocimiento ignora la existencia de múltiples conocimientos; lo que podría ser la mejor solución para una comunidad quizá no es la mejor solución para la comunidad vecina.

Será muy interesante observar quiénes serán reelegidos. Pero también será interesante poner a prueba si los supuestos en los que se basa la reelección se cumplen o no.

Colaboración del LID para El Diario NTR de Guadalajara

Foto: NTR Guadalajara

*David López García es candidato a doctor en políticas urbanas por la New School de Nueva York, y coordinador del LID.

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