Colaboración de LID para Cuarta
En verdad me dueles Venezuela, pues eres del mismo continente y compartimos muchas cosas. Basta decir que hablamos la misma lengua. Mis expresiones de respeto y prudencia van para tantos universitarios que al igual que en nuestro país, luchamos por la existencia y permanencia de una vida democrática.
En el Laboratorio de Innovación Democrática (LID), nuestra organización de la sociedad civil sin fines de lucro -plural, apartidista e independiente-, nuestra casa -mi casa-, desde donde hoy escribo estos apuntes, no podemos ser ajenos y apartados ante estas innumerables tragedias para la vida humana en el planeta. En este contexto, y en honor a las comunidades académicas que hoy dan la batalla en nombre de la verdad y la justicia, escribo estas líneas.
Y cómo no sentir dolor al narrar la tragedia, al ver en redes sociales estos últimos días, expresiones solicitando medicamentos para niños enfermos, que la tasa de homicidios esté en un nivel que nos permita hablar de la posibilidad de un estado fallido. Una tragedia, que exista un país en el que quienes piensen diferente, pierden su libertad y encuentran en algunos casos la pérdida de la misma vida. Una tragedia que lo poco que una familia tiene pueda ser robado por otra familia que tiene aún menos. Eso sucede en Venezuela.
Una auténtica crisis en todas sus vertientes: social, política, económica e institucional. Nicolás Maduro ha desconocido el Poder Judicial y a la Asamblea Nacional y convocó una nueva Asamblea Constituyente y, por si fuera poco, optó por destituir a quienes cuestionan sus decisiones, destituyó a la fiscal general, Luisa Ortega.
En un país como México, es posible vernos reflejados ante la desdicha del surgimiento de dictaduras que están totalmente fuera de lugar y tiempo, que deben ser absolutamente rechazadas. Al menos en la responsabilidad de quienes con profundo agradecimiento hemos contado con alguna escolaridad básica.
Pero ¿por qué demando al aquí y el ahora? Pues ¿qué acaso nos parece extraño exigir la democracia cuando vivimos hoy un México que perdió la paz y encontró las miles de muertes de jóvenes? O ¿acaso nos puede parecer extraño exigir democracia cuando la brecha de desigualdad ha crecido en este sexenio?
Pero no basta cuestionar los resultados de las elecciones en el Estado de México, donde parece mágico y aterrador que no podamos tener cambios democráticos, lo verdaderamente importante es respondernos: ¿cómo participo en el más cercano reflejo de mi ciudadanía, en mi cuadra o colonia, para mejorar la vida democrática de mi país y mi continente? Revivamos el pensamiento latino del uruguayo Eduardo Galeano “gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo”.
Luis Sánchez Pérez es investigador de Medios de Información y Mecanismos de Participación Ciudadana en el Laboratorio de Innovación Democrática (LID) y Consejero en Defensa de las Audiencias del Sistema de Radio, Televisión y Cinematografía de la Universidad de Guadalajara (UdeG).