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  • David López García*

Ocupar la política


Durante muchos años el espacio de la política en México ha sido confinado a ciertos límites. Existen espacios diseñados para disputarnos lo político, con reglas y jugadores bien definidos. Tenemos tiempos y procedimientos administrativos para cualquier clase de conflicto político que nos venga a la mente. Ya sean las elecciones para conformar el gobierno, los procesos para discutir y aprobar una ley, o el reconocimiento y definición de derechos. Hemos dedicado mucho esfuerzo a diseñar y programar el espacio de lo político.

Tradicionalmente, si alguien aspira a participar en la política lo tiene que hacer dentro de este espacio que está perfectamente delimitado. Para ello, tenemos partidos políticos, movimientos populares, cúpulas empresariales, sindicatos, gremios, más un largo etcétera de organizaciones que producen y reproducen el espacio de lo político. Los jugadores mismos establecen los límites y se encargan de solidificarlos para mantenerlos estables a lo largo del tiempo.

Cuando alguien tiene una visión alternativa sobre cómo debería ser el espacio de lo político, los jugadores que actualmente ocupan ese espacio se encargan de excluirles. Por un lado, aquéllos que intentan acceder con un contra-discurso no pueden lograrlo de forma exitosa. Por otro lado, aquéllos que operan por fuera de los límites del espacio hegemónico tampoco logran incidir en la reconfiguración de lo político.

Ayer se llevó a cabo el tercer encuentro mensual en lo que va del año de Wikipolítica Jalisco. Estos esfuerzos representan un intento exitoso por ocupar la política. ¿Y qué significa ocupar la política? Significa irrumpir en el espacio político hegemónico para ser disruptivos, para reclamarlo, apropiárselo, y darle una nueva forma a través de las acciones. Implica participar sin seguir el programa, sin interpretar el guion de la ciudadanía diseñada. Significa retar los límites de lo que es y lo que no es parte de la política, borrarlos, mantenerlos en disputa para negociarlos. Significa ampliar los límites de lo político, hacer más espacio buscando que lo que antes estaba fuera de esos límites, ahora se encuentre incluido.

Pero también hay que tener cuidado, porque la insurgencia ciudadana no viene libre de trampas y pasos en falso. Se pueden advertir por lo menos dos riesgos que hay que tener en mente. El primero es que los nuevos espacios que Wikipolítica está tratando de crear reproduzcan inconscientemente los mismos patrones que están tratando de combatir. ¿Los participantes en estos encuentros son sólo participantes o pueden contribuir en el diseño de los nuevos espacios políticos? Wikipolítica se puede volver un diseñador más, un programador, esperando que la ciudadanía se comporte de acuerdo con un programa preestablecido.

El segundo riesgo es que una vez delimitados los nuevos espacios políticos, se dé por terminada la insurgencia ciudadana. Que una vez negociados los nuevos límites, se vuelvan a convertir en una delimitación intransitable. Aún a pesar de haber sido ampliados, el que existan límites necesariamente implica que algo queda por afuera de ellos. Si los límites del espacio político se dejan de disputar entonces se convierten, una vez más, en una delimitación que incluye y excluye.

Si de verdad se proponen recuperar la política a través de ocupar el espacio de lo político, Wikipolítica tiene un reto que es muy sutil, pero que no es menor. El reto es ocupar el espacio de lo político pero sin asentarse, sin establecerse; ocuparlo para mantenerlo en disputa.

*David López García es Director Ejecutivo del Laboratorio de Innovación Democrática. Actualmente cursa el doctorado en políticas públicas urbanas en el New School de Nueva York, donde investiga la economía política de la infraestructura urban y su relación con los procesos de inlusión y exlclusión socio-espacial en las ciudades.

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